La lectura y la escritura son habilidades fundamentales que permiten al estudiante acceder al conocimiento, expresar sus ideas y participar en su entorno. Sin embargo, no todas las personas aprenden de la misma manera ni al mismo ritmo. Por ello, es esencial que el proceso de enseñanza-aprendizaje hayan diferentes métodos que respondan a la diversidad de estilos, ritmos y necesidades de los estudiantes. Seleccionar un método adecuado no solo mejora la comprensión lectora y la producción escrita, sino que también puede ser una herramienta poderosa para eliminar barreras que impiden el acceso inclusivo del aprendizaje.
En contextos educativos inclusivos, esta elección cobra aún mayor relevancia. Un método de enseñanza que se centre exclusivamente en la repetición mecánica o que siga una única vía para todos puede dejar de lado a quienes presentan necesidades educativas específicas, como dificultades del lenguaje, discapacidades sensoriales o contextos socioculturales diversos. Por el contrario, un enfoque flexible, accesible y adaptado puede transformar la experiencia educativa, fortaleciendo la autoestima y la participación de todo el estudiantado.
Además, la implementación de métodos de lectura y escritura centrados en las necesidades del alumnado permite avanzar hacia una educación más justa, donde se reconozca el derecho de todas las personas a aprender con dignidad y en condiciones de igualdad.
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